martes, 1 de abril de 2008

Luz

Imagen: Nicolás Michelini


No digas que no te tuve en cuenta, que no puse mis codos y mis sienes en tu espectro esa madrugada. Si te escondiste y te encontré es porque te busqué desesperadamente, como el loco que no soy. Tenías que intentar enseñarle a este ciego hacia dónde ir, convencerlo de que no todos los pasos están errados, que todavía quedan pequeñas grietas tuyas por donde filtrar tanto tiempo perdido, tantas equivocaciones necesarias.
Un ciego tropezando. Buscando eso que estaba a su lado, eso que se movía y que respiraba y que latía pero que no se dejaba percibir, no más allá de un aroma, una tarde húmeda, un silencio cualquiera (y también este).
Nada más ausente que una presencia imperceptible, impalpable. Nada más irritante que la nada materializada en un segundo, un vacío tan lleno de vacío y el eco de un grito de auxilio tan lejano e intenso, tan colmado de desencuentros.
Camino en circular, remarcando surcos absurdos, dándole vueltas a los nombres, jugando con los dedos mojados, besándole los zapatos al destino, perdonándole su atrevimiento, su atemporalidad molesta, respetando los temores ajenos, y los propios.
Y no ansíes, por favor, que no te mantenga despierta esta noche.
No busques, oh, por favor, la excusa perfecta para no iluminar.
Con los ojos cerrados me elevo y voy dejando la oscuridad tras mis pies.
En ascendente voy. Trepo sin esfuerzos. Me siento ágil, mentirosamente ágil.
Ya estoy llegando, te estoy alcanzando.
Pero todavía queda un trecho más...
Y yo no voy a caer,
no esta vez.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No te caigas otra ves no, es mucha oscuridad la de abajo... y el recuerdo es lo que nos mata de apoco.


esperando el milagro de dios de tenerte otra ves entre mis ojos, de abrasarte tan fuerte que las palabras no puedan salir de tu boca. Esperamdote en mis dias, buscandote por las mañanas y no en mis recuerdos que tan a punto de ser quemados. Por que en mi vida solo existe tu olvido, el que me olvido, en el que no pensaste ni un segundo cuando me dejaste en soledad. No pasan dias que no piense en ti, me dejaste caer estoy tan abajo que todavia nose si estoy callendo.

Perdon con mi ortografia, nunca fui muy buena.