esteros - estéreos - etéreos

Imagen: Eduardo Panelli

Que nadie se deje engañar. Ese día acudimos a los Esteros del Iberá por cuestiones meramente laborales. Que hayamos terminado más relajados de lo que esperábamos no fue nuestra culpa, si no del Agua y su sonido estéreo y surround y, quizá, por qué no, de algún que otro ingrediente de dudosísima procedencia.
Nosotros, por nuestra parte, ni siquiera lo buscamos (¿?).
El agua nos terminó empapando la tarde entera, y sin embargo no la tocamos.

Silva dice: “Y es Agua”

Duard dice: “Hi es Agua”

Yo no digo, casi no me quedan palabras.

Pero podría arriesgar: “Atl es Agua”

Amarilla...

Imagen: Nicolás Michelini

El Vencido

Y entonces, tal vez mañana
este fuego comience a congelarse,
lento y testarudo,
acentuando los segundos hacia el olvido.

Y el viento juguetón de otoño
tímidamente bailará entre los muslos
de colegialas sin nombre,

ruborizadas sin más.

Y buscaré protección, tal cual la luna,
en un banco de plaza,
detrás de besos,
en medio de abrazos
de parejas recién paridas,

de presagiadas discusiones

entre hojas crujientes.

Y rendiré culto al ciego mentor
de la proeza de esconderse
debajo de las farolas, que nos bañaron
de luz.

Y el clocharde indispuesto, decapitado ya
desde el vecino banco,

exagerará gestos del deseo;
que se fundirán en la brisa, del vencido.

Y temeré verme, allí acostado
puliendo el aire
con el brazo menos ágil .

05/ dic/ 05

yo disparo - tú disparas - él dispara

Imagen: Nicolás Michelini

Cuán débiles nos sentimos en la tarde de febrero. Qué degenerados y qué temerosos de la naturaleza podemos ser cuando somos degenerados y temerosos de la naturaleza.
Refugiados en un bar nos sorprendió el agua, y el viento. Éramos tres y Natura una. Temimos. Cogimos nuestras armas y registramos. No pudimos hacer otra cosa.
Yo me quedo con eso, y con la maravillosa luz que entra al mundo de vez en cuando, en febrero.

Los extraño.