sábado, 9 de enero de 2010

Matemática (in) feliz







Matemática políticojudicial en Asunción del Paraguay. Matemática del amor también en la Asunción. Matemática de la espera por qué no. Allí estamos. Aquí todavía estamos. Pero de aquí nos estamos yendo.

Me comentó Toriño así por lo alto que un tal Fidel (no el isleño, claro) fue secuestrado y bueno, básicamente no lo devuelven por varias cuestiones. Lo cierto es que el dinero está nuevamente de por medio, y en Paraguay hay tanto dinero como pobreza en sus calles y villas. Así las contradicciones de Sudamérica (ahora, recuerdo a la señora de la librería que me respondió: "No tenemos mapa de Bolivia, pero sí lo que hay mapas de Sudamérica del Sur", ¡ja, hermosa ella la doña!).

Washington Gómez Alcaraz le va a declarar su amor incondicional a María de las Mercedes Estigarribia. Trabajan juntos, quizá. Lo cierto es que él eligió al Ña Eustaquia de calle Palma para decirle de una vez por todas lo mucho que le quiere hacer a ella. Ella se ríe. Yo los miro y me inmiscuyo en sus vidas. Los fotografío ahí. Hago mal, claro. Soy malo, “eso no se hace”, me dice ElDiego. Tiene razón, claro. Pero poco me importa. Esos dos anónimos ahora son míos, están acá, en la cámara y acá, en este blog. Ojalá Dios y la Virgen de la Encarnación quieran que ellos sean felices.

Edmundo Algañaraz espera rascándose la nariz, en una esquina de Asunción, que alguien se digne a comprarle un boleto de no sé bien qué. Es timba, claro. Clandestina quizá, que hay mucha en esta ciudad. Él espera y yo lo miro y Lucas arranca y seguimos hacia el Mercado 4, donde hay muchas, demasiadas cosas para ver y tantísimo más olores para sentir. Todo un mundo. Mundo del que nos estamos rajando.

Enigüei. Esta noche salimos hacia Campo Grande, Brasil. Dice el Google Maps que es la capital del departamento del Estado de Mato Grosso do Sul. Todo eso lo sé ahora recién, y es casual que estemos yendo hacia allí, mientras tendríamos que estar saliendo hacia Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Pero bueno, es nuestra escala en Brasil antes de llegar a Corumbá, que limita ya con Bolivia, y donde dicen hay mucho agua y un pantanal gigantesco. No lo sé, todavía no llegamos a ningún lugar pero ni bien podamos, actualizamos y ratificamos o rectificamos esta información.

(Gracias Lucas y gracias Laucha y Pati por el aguante, una vez más. Mazzara, qué lindo verte y que no hayas cambiado ni un solo pelo, después de tantos años. Gracias Cala, desde luego Firu, y también Colombia por las risas y gracias a toda la gente calurosa y hermosa de esta Asunción)

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