domingo, 10 de enero de 2010

Campo Grande - Corumbá - Quijarro - Puerto Suárez - Santa Cruz de la Sierra






















Salimos casi corriendo de Campo Grande hacia Corumbá y también de allí rajamos lo antes posible. Brasil, claro, ya no es como en años anteriores para los argentinos y, de alguna manera, está muy bien que así sea. Nosotros elegimos viajar de noche y pasear por las ciudades de día. Es una forma de ahorrar también, ya que dormimos mientras viajamos.
Así que desde Corumbá salimos hacia la frontera con Bolivia en motos taxi, bordeando el río Paraguay y viendo, allá a lo lejos, ese inmenso Pantanal que mestiza en esa parte del mapa a los dos países.
En Bolivia ya todo es distinto. Son países muy diferentes y eso se ve y se siente tanto en el trato mismo con la gente como en el ambiente, en la basura que se genera en Bolivia y que la gente deja expuesta con harta normalidad en las calles.
Quijarro y Puerto Suárez (el lado boliviano de la frontera con Brasil), podrían ser tranquilamente Ciudad Juárez. Tuve miedo, tengo que reconocerlo. En la frontera nos pidieron coima por no tener un papel que no teníamos por qué tener. Pagamos 50 Bolivianos y ya (algo así como 30 pesos argentinos).
Ingresamos a Bolivia y tomamos un taxi primero a la Terminal de ómnibus (no había pasajes) y después a la Estación Ferroviaria (tampoco había pasajes para el tren). Al no haber pasajes en ninguno de los dos medios para llegar a Santa Cruz de la Sierra, el nivel de paranoia subió considerablemente: estábamos sin boletos en una ciudad que realmente transmite miedo, inseguridad. Pero bueno, Bolivia no es la excepción de Latinoamérica y “todo es solucionable” si se quiere y se cuenta con unos pesos de más. Los mismos despachantes de equipajes nos ofrecieron pagar un poco más caro el boleto (más la propina para ellos), y subir al último vagón del tren de manera ilegal. No nos quedó otra opción que aceptar.
Dos hombres nos llevaron en taxi hasta la próxima estación donde el tren paraba y allí, después de quitarnos los documentos, nos hicieron ingresar al tren. Así que de repente nos encontramos sentados en el tren, rodeados de gente extraña y sin DNIs sin saber bien qué pasaba o iba a pasar con nosotros. Diego estaba nervioso y yo tratando de tranquilizarlo para tranquilizarme también yo que estaba casi como él. (Escribo esto ya después que todo pasó, con mucha tranquilidad y tomando 3 Estrellas: una bebida boliviana que, si lo mezclas con leche condensada, se asemeja mucho al Bailey). Es, si se quiere, un Bailey casero, con 40º de alcohol.
Pasaron unos 40 minutos y vinieron dos hombres con nuestros documentos y a cobrarnos el pasaje. Fue todo muy rápido y los hombres actuaron con toda normalidad. Es, claro, gente que trabaja arriba del tren. Creo que el curro es hasta con el maquinista. En fin, el tren se rompió en la estación de Reboré, donde nos quedamos varados al menos tres horas. Hasta Santa Cruz de la Sierra, el viaje en tren duró poco más de 19 horas. Eso sí, los paisajes son hermosos y, de noche, me sorprendió el contraluz con la luna de una hermosa montaña.
Ahora seguimos. Salimos de este hotel (Hotel Copacabana, económico y confortable), para dirigirnos hacia un pueblito llamado Buena Vista. Allí, dicen, hay un río muy lindo. Allí acamparemos unos días y después nos dirigiremos hacia Villa Tunari. De allí a Cochabamba para ir después a Valle Grande y luego a Samaipata. Es, casi, un círculo el que haremos por estos lugares. Al fin, se supone, podremos acampar…
¡Hasta la próxima!

1 comentario:

Anonymous dijo...

BUENA LA TRAVESIA........ESPERO QUE A PESAR DE LOS CONTRATIEMPOS LES HAYA GUSTADO MI PAIS...MUY DIVERSO..CON FLORA Y FAUNA EXCEPCIONAL Y LAMENTABLEMENTE CON SUS COSITAS MALAS...PERO LA AVENTURA SUPERA TODO LO MALO..ESPERO QUE SIGAN RECORRIENDO BOLIVIA Y SIGAN ESCRIBIENDO SUS HAZAÑAS....SALUDOS DESDE SANTA CRUZ DE LA SIERRA....