lunes, 18 de agosto de 2008

Silencio

Imagen: Nicolás Michelini (Praktica MTL 5B)

Tiene que haber algo para transmitir antes de morir. Por ejemplo decir: “Nadie tiene real dimensión del grueso prototipo de mentira humana que vamos creando”. Decir algo trascendente. O no. Pero decirlo al oído, muy despacito. O explicarle que si es macho va a morir, que se trata de la causa y que su muerte abre camino a otras vidas y a otras muertes que abrirán a su vez camino a otras vidas y a otras muertes y así. Ahí mismo abrir el Manual, hojear las páginas con soberbia y detenerse en la ilustración, estudiarla y recorrerla con el dedo. Asentir interesado.

Pero tiene también que haber algo para guardarse antes de morir. No decir. Un no decir que quede en el aire, que sea notable. Si está esa capacidad de llenarse la boca de palabras, si ya no importan ni significado ni significante. Si el mensaje se distorsiona diariamente ante el caudal de insignificancias, pues entonces no digamos, y que el vacío sea visible.

Intentar sentirse menos estúpido es en vano. Crearse una identidad y buscar seguirla parece un trabajo del día a día que no da frutos. Agarrarse la cabeza, entonces, y sacudirla con todas las cosas adentro. Que patalee la gente, que se espeje impotente que se escuche que se lea que se vea.

Vos con vos y con todas las palabras que necesites. Yo conmigo y con el silencio que mañana me dará la derecha.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Un boludo solemne. Importante, digamos.

Anónimo dijo...

Ya nitestranio de todo lo que testranio. Pero leerte, si, mucho.

Mil besos van y estrellados en la puerta quedan.