se va olvidando de lo que transcurre
en todo este mientrastanto.
Bajé la cabeza y me sorprendí
pisando pecesillos color salmón:
Puntas de pie…
¿Ymientrastantoqué?
"Legitimar lo improbable, certificar lo maravilloso, encontrar una trama verosímil en un caldo de personajes imposibles y fuera de este mundo"
Y de repente floreció el Timbó e hizo lo propio el Ceibo Salteño ese de ahí. Madre mía y Madre Natura que juega y ríe y le cambia los colores y los paisajes al pequeñísimo ser humano que, fiel a su instinto mecánico, pretende acostumbrarse a un mismo recorrido y repetirlo diariamente. Y aunque así sea, ese camino no es ni será el mismo, justamente, por estos caprichos de la madre que nos parió y que pese a todo lo que le hacemos nos sigue cobijando.
Y yo acá,
sintigo
¿Y?
Anahí...
las arpas dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan a caso tu inmensa bravura reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.
Defendiendo altiva tu indómita tribu fuiste prisionera
Condenada a muerte, ya estaba tu cuerpo envuelto en la hoguera
y en tanto las llamas lo estaban quemando
en roja corola se fue transformando...
La noche piadosa cubrió tu dolor y el alba asombrada
miro tu martirio hecho ceibo en flor.
Anahí, las arpas, dolientes hoy lloran arpegios que son para ti
recuerdan a caso tu inmensa bravura reina guaraní,
Anahí,
indiecita fea de la voz tan dulce como el aguaí.
Anahí, Anahí,
tu raza no ha muerto, perduran sus fuerzas en la flor rubí.
A veces necesitamos gritar para que nos escuchen.
A veces ni siquiera gritando
con toda esta nuestra garganta
nos escuchan:
Sucede que tu monte
es ya demasiado tupido, amigo.
Entonces nos lo tomamos con calma,
y ponemos agua para largar los primeros mates.
¡Juiiiirza pueblo,
grite jueeeerte carajo
y hágase escuchar!