sábado, 14 de junio de 2008

Sin humildad

Imagen: Nicolás Michelini



Estoy tratando de explicarte que me es ya demasiado difícil conmigo mismo, y las tortugas del patio. Estoy intentando mostrarte disconformidad frunciendo el seño, mirándome al espejo. Estoy viendo las palabras que no salen, y me escucho en silencio cabalgar junto a mil blancos caballos, indecisos y feroces y salvajes. Quiero que entiendas que nada de lo que hago, lo hago por convicción; que las pocas que tenía se me fueron cayendo en el camino. Trato con pesada tozudez de que las situaciones vayan cambiando, y de probarme así, sin humildad. Me observo por sobre el hombro y justifico mi pequeñez en un papel de diario, en el anonimato de mis contradicciones.
No necesito escribir una puta línea, voy todavía más alto cuando camino y se me ocurren mares de tristeza cuando sostengo mi mirada en sus ojos. No necesito una causa. Todo lo que preciso es este pedazo de tiempo que tengo acá, encerrado, esa fracción de segundo que te me ata de por vida a lo que fuiste en esa fracción de segundo. Todo lo demás no importa. Todo lo demás puede sobrar o faltar, pero no importa ahora, porque hay más.
Hay la insensatez de colmarse de felicidad y hay la obstinación de sentirse mal. Hay la hipocresía suficiente para poder seguir un tiempo más del lado de los buenos, que es el lado de los malos también; siempre dependiendo de dónde fue uno a pararse a observar esta situación.
Nos encontramos acá, y vamos a caer de alguna manera u otra. Podemos tirarnos o nos pueden empujar, pero también podemos ocasionalmente tropezar. Será eso lo que justificará el chapuzón, la caída por la caída misma, el viaje inmediato que nos alejará de la sumisión, el punto exacto donde encontrarnos otra vez con nosotros mismos. Y nos miraremos unos a otros con tonta extrañeza. Ojos bien negros y la fórmula exacta para calcular la espiral que forma el turbio remanso. Te estoy perdonando, todos los días.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

ayyy no sé...no sé...todo me suena conocido, me resulta familiar...
ayyy...te quiero pibe!
besos!!!

Anónimo dijo...

ay che! qué grande que estás Gusa, te miro chiquitita desde abajo y suspiro porque me gusta me gusta me gusta ver cuánto crecés, cuán hermoso es esto que escribiste, cuánto dice esa foto.
este es, al humilde y poco metódico criterio de quien firma, el mejor post que has publicado.
te quiero
rO!