miércoles, 28 de enero de 2009

En el camino


Imagen: Rocío Blotta (amanece en Punta del Diablo)



¿Cómo era eso de los caminos de Machado?, que no había alguno, que andando era que uno lo iba haciendo. Mierda. Pura papilla mierdosa, pegadiza y original. Sí, eso sí: pegadiza y original Antonio.

Cuando detengo la marcha un segundo y me pongo a intentar analizar qué es lo que hice y en qué es lo que queda por hacer, no hay sino reproches hacia mi propio ser, ese que yo mismo construí observando, practicando, equivocando el rumbo, volviendo sobre mis pasos y redescubriendo. Porque aquí están, a la vista de este caminante, todos los caminos, todos los posibles horizontes. Algunos, lo sé, se transitan velozmente, casi aguantando la respiración; a otros se los investiga con notoria curiosidad e inocencia; otros me van expulsando y están aquellos que me ponen frente a la mismísima duda, que me abren al medio y me hacen parte del “todo eso” que se conforma en el plano superficial de las relaciones interpersonales.
Situaciones abreojos. Situaciones que rompen relaciones pero que paralelamente van creando nuevos tratos, nuevas maneras de verse a uno mismo y de ver al otro, a ese de al lado que no dejará de ser quien es, pero que será distinto ante unos ojos ahora atentos y especuladores.
Lamentablemente, los “tequiero” a veces son tan necesarios como el agua dulce; y otras sobran tanto como los besos de una prostituta.
Y yo suelo andar besándome con prostitutas.


Imagen: Rocío Blotta (Punta del diablo amanece en mis narices)


2 comentarios:

Anónimo dijo...

tequiero de agua de dulce...
y tequiero tequiero tequiero tequiero de prostituta que no se cansa, porque por ahi encuentra alguien que le cree, q también le quiere...

Anónimo dijo...

Un especímen de voyerista compungida, así me siento: salteando, revisando y analizando tu blog cuan espía espía a un sospechoso. Espero sólo sea porque me agrada la impronta fotográfica y la(s?) entrevistas que aparecen. Y porque detrás de tu mirada me sigue intrigando todo lo que se esconde, aunque el simple prejuicio siga siendo que sólo hay vacío.
La misma alguien del saludo formal